La complejidad del sistema ūqiyya/raṭl se puede apreciar revisando la catalogacion del British Museum (Morton, 1985)1. Nos parece acertada su afirmación (pág. 26) de que, exceptuando puntuales excepciones, normalmente gremiales, el raṭl se compone, por definición, de doce ūqiyyas. Siendo la variabilidad del raṭl debida a los diversos valores de las ūqiyyas. Por lo que cuando una crónica habla de un raṭl sin más, nos parece razonable suponer que es de 12 ūqiyyas y cuando se especifica de un raṭl que es, por ejemplo, de 16 o de múltiplos de 12 ūqiyyas es precisamente para resaltar su singularidad.
Esta generalización también se aplicaría al islam peninsular, por lo menos hasta finales de la época almohade, como se deduce de lo escrito por el cadí andalusí Ibn al-Muwwaq (muerto en 599/1203) quien afirma (Bruschvig, 1976, pg. 98)2:
الرطل إثنتا عشرة أوقية، و الأوقية عشرة دراهم و ثلثان من درهم الكيل ففي الرطل مائة درهم و ثمانية و عشرون دراهما
«El raṭl contiene doce ūqiyyas, la ūqiyya pesa 10 2/3 dirhemes kayl (2,97 g., peso max. d. kayl) y el raṭl contiene 128 de estos dirhemes».
El significado numérico de lo anterior es:
10 2/3 x 2,97 g (d. kayl) = 31,68 g (ūqiyya) x 12 = 380,16 g (raṭl), o
128 x 2,97 g (d. kayl) = 380,16 g (raṭl).
Es de notar que el peso de la ūqiyya que nos sale cabe dentro de los parámetros de los números 1-4 de la presente catalogación y eso que se ha usado como base de cálculo el peso máximo del dírhem kayl. (Morton, 1985, página 17, sugiere la posibilidad, pero basándose en ponderales de vidrio egipcios, de un dírhem algo más ligero con parámetros de 2,84-2,85 g.). Las ūqiyyas, números 1-6, parecen agruparse entre dos extremos de 27,20 g (prácticamente la onza romana) y 30,92 g, por lo que sus respectivos raṭls serían de 326,4 g (aprox. libra romana) a 371,04 g. Este último valor se acerca al raṭl que deducimos de lo dicho por Ibn al-Muwwaq y el raṭl casi idéntico de 380 g sugerido por Morton (1985) en la conclusión de su capítulo «The Abbasid raṭl system» (pág. 30). Otra valoración útil de la ūqiyya que no se aleja de los parámetros anteriores se da en al-Dawḥa (pág. 51, ver también pág. 86) cuando nos define la ūqiyya en términos de dirhem almohade:
…الرطل المرَكّن …….. من حساب عشرين منها في الأوقية و ثلاثة منها في الدينار…
«…el dirhem cuadrado (almohade) … de los cuales veinte pesan una ūqiyya y tres un dinar».
Numéricamente esto sería:
20 x 1,57 g (d. almohade) = 31,4 g (ūqiyya) y 3 x 1,57 g = 4,71 g (D. almohade).
Hay que precisar que el peso de 1,57 g usado para el dirhem almohade es un peso máximo de monedas en perfecto estado, por lo que se puede aceptar un peso medio algo más bajo que alteraría los anteriores resultados en unas centésimas a la baja.
La afirmación en al-Dawha de que tres dirhemes almohades igualan en peso a un dinar de esta dinastía podría explicar la falta de ponderales con el peso (4,55-4,71) de esta acuñación en nuestra catalogación. El ponderal de este dinar serían simplemente tres dirhemes en buen estado.
Con los datos anteriores se puede aventurar que la ūqiyya almohade no era sustancialmente diferente de la abasí dada por Morton (1985) o algunas de las que suponemos andalusíes de esta catalogación (núms. 2-4). Constataciones que pueden sugerir que la presencia de esta ūqiyya en la península podía muy bien anteceder en mucho la época almohade. Esto sólo quedaría demostrado con el hallazgo arqueológico de un ponderal de ūqiyya de estos mismos parámetros en estratos claramente anteriores a los almohades.
Por otro lado, las ūqiyyas que se aproximan en peso a la onza romana (números 5, 6 y 8) nos presentan otra problemática. Sería difícil averiguar si representan pesos puramente autóctonos, aunque de claro patrón romano, que fueron posteriormente absorbidos en el sistema de ūqiyyas vigentes en al-Andalus o por el contrario fueron introducidas al principio del dominio islámico. No se puede a priori presuponer la «hispanidad» de este ponderal ya que existen referencias de ūqiyyas orientales que bajan hasta los 24 g (Morton, 1985). Es además razonable suponer que la onza romano-bizantina fuese de uso corriente no sólo en la Península sino en todas las antiguas provincias bizantinas que pasaron, con posterioridad, al dominio del Islam.
Ningún dato, de momento, excluye que los dos tipos de ūqiyya, la de parámetros «romanos» y la de parámetros «abasíes» llegaran a coexistir en un mismo y prolongado período histórico, aunque cronológicamente nos parece evidente que la más antigua debió ser sin duda la de patrón romano.
(T.I.)